Esta excursión se inicia en un pequeño aparcamiento situado en la carretera que une el pueblo de Eyna con Llo.

La ruta empieza en el mismo aparcamiento y está perfectamente señalizada, siendo el único punto confuso un desvío que encontraremos a unos 450 m y donde hemos de coger el sendero de la derecha (está señalizado). Pasado el desvío y a pocos minutos, nos adentramos en el bosque de pinos negros y ya nos encontramos con el rio de Eyna que iremos siguiendo la mayor parte del recorrido.

A medida que vamos subiendo, el valle se va abriendo y el bosque va desapareciendo para dejar paso a los prados.  Es aconsejable realizar esta excursión en primavera ya que la flora es esplendorosa y con una gran diversidad botánica. Por este motivo,  también se conoce este valle como el de las flores.  A 2.015 m  nos encontramos el plano de Orri,  al otro lado del rio, el refugio de Orri y más adelante, una pequeña cascada.

Después de una pendiente bastante pronunciada, el camino va llaneando hasta  un gran explanada de hierva, el plano de Beguda a 2.335 m y ya vislumbramos el Coll d’Eyna (o de Nuria) y el pic del Noufonts al fondo. A partir de este punto, se empieza  a ascender de forma decidida por un terreno mucho más agreste por un pequeño camino que va serpenteando entre piedra suelta. Esta claro que este es el tramo más duro, por la pendiente, el terreno y la altura ya que estaremos a más de 2.500 m

Ya en lo alto del Coll d’Eyna a 2.670 m, veremos una estampa preciosa de los pirineos.  A tocar, el pico de Eyna (2.750 m),  seguidamente el de Noufonts (2.861 m) y a tiro de piedra la estación de Nuria y su santuario.

Tan sólo queda relajarse, disfrutar del paisaje y coger fuerzas para rehacer el camino.

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